Vielha - Beret 2016 - Parte I

Como ya sabéis la semana pasada estuve un poco desaparecida, el motivo fue que nos fuimos de vacaciones toda la familia.
Esta va a ser una de las entradas al blog que dedique al viaje, como ya hice en mi primera experiencia esquiadora.
El año pasado ya acompañé a mi marido, en un intento de esquiar, a Beret, y este año nos llevamos a la peque de aventura.
Para Paula todo era nuevo.
El viaje comenzó en barco, para ella "casi un crucero", y pasábamos la noche en un camarote. Tuvimos suerte y el barco tenía compartimentos grandes con camas decentes, compartimos habitáculo con su abuela Loli y su primo Pedro, para ella fue un comienzo de vacaciones genial.
El día siguiente lo íbamos a pasar en autobús camino a Vielha. No sabía como lo iba a llevar y nos sorprendió mucho. Ayudó mucho llevar el iPad cargado de películas, todas elegidas por ella, y que el primo se sentara a su lado.
El viaje Barcelona - Vielha comenzó accidentado, a uno de los que iba en el grupo le robaron la cartera y el móvil en el barco, así que salimos con una hora larga de retraso del puerto de Barcelona, y eso hizo que fuéramos un poco a contra pié todo el día.



De camino a nuestro destino, hicimos la parada rutinaria en La Panadella, simplemente para constatar que siguen igual de lentos e igual de antipáticos. Llegamos a Vielha tarde y el conductor terminaba su jornada laboral a las 5 de la tarde, así que comenzó el tour acelerado por Vielha.
Llegamos al hotel y corriendo dejamos las maletas en el comedor, vuelta corriendo al bus que nos llevó a recoger el material (esquíes, palos y cascos) y otra vez vuelta al hotel, todo en un tiempo record. Así que a las 5 y un poquito ya estábamos instalados, vaciando maletas y pensando donde íbamos a hacer el primer pincho de las vacaciones.
Así que salimos a pasear y a hacer un par de pinchos y a las 8:30 de vuelta al hotel a cenar. La cena es pronto, por que al día siguiente a las 7 hay que estar levantados, el desayuno es a las 7:30 y el bus sube a pistas a las 9.


Imágenes de la subida a Beret

Al día siguiente, lunes, comezábamos las clases de esquí. Para mi era el segundo intento, mucho más relajado que el anterior. No quería forzar por que la experiencia del año pasado no fue muy buena.
Para la peque era su primer contacto con los esquíes y estaba preocupada que no le gustara nada y el martes no quisiera volver.
Pero...todo fue bien!
Teníamos clases particulares para cada una, dos horas diarias, yo no quería ir a las de grupos y a Paula no la cogían por la edad. Y los profesores asignados por Copos Skicenter fueron todo un acierto.
Con Laura, mi monitora, congenié en seguida, supo darse cuenta de mis limitaciones y no me forzó en ningún momento.
Y José el profesor de Paula, supo llevarla genial, sin cansarla y sacando mucho potencial.
Aquí, a lo lejos,  se ve como se la lleva el primer día ya subida en los esquíes.


La tarde del lunes en pistas, yo la pasé practicando un poquito y Paula tirándose con los trineos.

Súper estilo con el culo hacia afuera.

La peque cansada del día.

A las 5 vuelta al hotel, ducha y paseo. Es tanto el ambiente de pinxos que hasta Paula se animó, y eso que es de comer poco.


Para que veáis que variedad de cosas ricas había, todas acompañadas de una cervecita.


Aquí se ven las Gildas que a mí me pierden.


Después de nuestro particular après ski, vuelta al hotel a cenar y a descansar que al día siguiente había más y mejor.
Hasta aquí los dos primeros días del viaje.
Saludos!

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Sobre mí

Hola! Soy una mamá informática que no para quieta. Este blog es un reflejo de todas mis aficiones. Espero que lo disfrutéis.

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